2008-05-22

¿Qué me propongo al escribir?

Si me preguntaran qué es lo que me propongo al escribir cierto texto o porque lo hice, respondería con toda sinceridad que no tengo la más mínima idea de porque lo he hecho, sencillamente tenía ganas de escribir algo o exponer mi opinión sobre cierto tema y ya. Nada de complicarme la vida diciendo que me gustaría ser leído por 124,532 personas a la semana o porque tengo una necesidad de ser el centro de atención de las personas, que necesito que comenten con sus amigos y su círculo social sobre mis escritos además de que me hagan publicidad gratuita… aunque, pensándolo detenidamente y casi reflexionando, no estaría nada mal y, de hecho, sería algo bueno que contar y publicar.

Hay diversos motivos para escribir y ésta sería la clasificación que daría:

  1. El opinólogo, aunque realmente esta palabra no existe, se le atribuye a aquellos escritores (en su mayoría bloggeros) que escriben porque tienen la imperiosa necesidad de opinar sobre cualquier tema que ellos dominen o piensan que dominan, ya sea política, sexo, religión o futbol. De estos hay muchos en el Internet.
  2. El fiestólogo-social-alcohólico que, como es de imaginar, sólo platica de la última fiesta o evento social al que asistió y que, según su punto de vista y porque él fue invitado y estuvo ahí, fue el evento del año, aunque haya dicho lo mismo del evento pasado y así sucesivamente.
  3. El emotivo alias el “emo”, es lo de moda el día de hoy. Ser un emo en estas fechas es algo que demuestra valor, coraje, auto-conocimiento e interiorismo. Que pena que me de mucha flojera hablar de ellos porque realmente no me interesan.
  4. El semi-escritor, escritor fracasado o remedo de escritor, es aquella persona que piensa escribe bien, aunque escriba con los pies, de cabeza y con tintes de retraso mental. Este tipo de personas causan tristeza, compasión y misericordia a cualquier persona. Además de que tienes que leer lo que escribe ya sea bueno o malo, tienes que retroalimentarlo, alabarlo, ser su amigo y, por si fuera poco, te pide que lo recomiendes a sus amigos. Pero ni modo, así es la vida y en ella puedes tener este tipo de amigos o conocidos.

Tal vez si tuviera autoestima baja o estuviera en un estado depresivo o melancólico respondería de dicha forma, argumentando que esperaría desde el fondo de mi corazón una buena crítica o, mejor dicho, un halago que lo eleve estratosféricamente cambiando mi estado de ánimo y mejorando mi día. Lástima que no sea ese tipo de personas, o por lo menos no en estos momentos.

También podría responder que NECESITO (por no oírme jalisquillo y decir ocupo) escribir para poder plasmar y expresar mis sentimientos, emociones, pensamientos e ideas que rondan por mi lúgubre cabeza atormentada de destellos de inteligencia que presionan una y otra vez mi corteza craneal y amenazan con salir a velocidades vertiginosas llegando a match one y rompiendo la barrera del sonido.

En fin, para no divagar tanto y volver a la tierra, podría decir que lo que me propongo al escribir algo es simple y vagamente llamar la atención, pero no por el escrito o por el tema en sí, sino por el tono sarcástico que imprimo en él y que me caracteriza de forma inusual y singular. He dicho.

2008-05-15

Como la ves?

Todos los días leemos tantas noticias o documentos que nos explican cosas tan cotidianas en la sociedad pero que nosotros no nos percatamos de ellas. Esto nos ha sucedido con muertes en ciertas colonias producidas por minibuseros imprudentes, con peleas entre las barras de las chivas y del atlas en Loma Dorada, con derrumbes de casas de cierta colonia que está a kilómetros de distancia de nuestra casa, o con absurdos entubamientos de ríos contaminados. Vemos tan lejanos e inauditos estos hechos que pensamos si realmente sucedieron, aún cuando están a la vuelta de la esquina. Así es la vida y, por ende, así es la muerte. Un día, por obra del Espíritu Santo (más bien accidente en la mayoría de los casos) se nos ha concebido la vida y de un momento a otro ya somos un ser humano del tamaño de un granito de sal que viene a cambiar la vida de dos personas.

Así pasamos por la vida, con hechos tan inesperados que le dan ese exquisito sabor y que al final nos podemos arrepentir de ellos… o no. Con las enfermedades y la muerte es igual, todavía nos parece repentina su aparición a pesar de los avances científicos. En la mayoría de los casos sólo queda afrontar la situación y esperar las consecuencias, sean buenas o malas. Así es nuestra vida, así somos, tenemos días buenos y días malos, pero de nosotros depende si queremos que sean más días buenos que malos. Tenemos la capacidad de poder crear una esperanza y de poder cambiar no el destino, sino nuestra forma de ver las cosas y actuar de acuerdo a lo que nos proponemos que suceda.

2008-05-14

Las 10 cosas que menos me importan

En la primera clase de taller de escritura creativa hablamos sobre porque nos habíamos inscrito en esa materia, que era lo que esperábamos de ella. A partir de ahí, el maestro nos dejó un ensayo para entregar la siguiente clase sobre las 10 cosas que menos me importan.

Al principio pensé que iba a ser algo fácil, realmente sencillo, nada más escribo o hablo sobre las cosas que odio y listo, se acabo. Empecé a escribir sobre mi odio a las chivas, a los chilangos, hacia algunos maestros, a los policías de Guadalajara y de Zapopan, en fin, estaba escribiendo sobre todo lo que odiaba cuando de repente algo sonó en mi cabeza. Era como un pequeño timbre que tintineaba ensordecedoramente, fue como aquella vocecita comúnmente llamada conciencia diciéndote eso está mal.

Inicialmente quise omitirla, mandarla a volar y hacer como que la virgen me hablaba, pero conforme pasaba el tiempo iba creciendo y me iba atormentando mentalmente. ¿Cómo puedes definir las cosas que menos me importan a las cosas que más odias?, ¿no es contradictorio? Si odias ciertas cosas y las ves o sabes algo de ellas te importan porque inmediatamente sale el rencor, la ira o frustración. Fue ahí donde empecé a buscar cosas que realmente no me importaran, cosas a las cuales nunca había puesto mi atención o no sabía de ellas como: la crema de coliflor, mínimo el 79% de la población mundial, los letreros del 50 aniversario del ITESO, la mayoría de los equipos de fútbol, picarle el ojo a un tlacuache muerto, expansión del cosmos, el origen de la chamarra tamaulipeca, la historia del profesor de esta materia, los logros obtenidos por el mismo, brincar dentro de un globo lleno de almohadas moradas con luces estroboscópicas girando caleidoscópicamente, etc.

En fin, busque tantas cosas que no me importaran en absoluto y otra vez les estaba dando importancia porque estaba buscando cosas que no me importaran para realizar una tarea de una materia que me importa (sólo por los créditos). En este momento llegue a un punto donde realmente estaba confundido, caía en contradicciones sin cesar y entraba a una gran desesperación, es por eso que decidí mejor ya ni buscar o indagar en más cosas que no me importaran porque iban a empezar a importarme.